LAS ESTACIONES DEL GRAN METROPOLITANO DE BARCELONA
La estación, en el ferrocarril, es el lugar en el que la compañía acoge al viajero, y donde este aguarda la llegada de su tren. Por ese motivo las compañías se han esforzado en crear edificios y espacios acogedores en sus estaciones. En ese sentido las compañías ferroviarias convirtieron sus estaciones en pequeñas obras de arte, en las pequeñas poblaciones, o en verdaderos monumentos, en las grandes ciudades.
En un ferrocarril subterráneo este aspecto es crucial, más aún si nos remontamos a los orígenes de este medio de transporte. Aquí se une la necesidad de crear un espacio acogedor para el viajero, con la de vencer el factor psicológico adverso que supone que el viajero se meta bajo tierra para usar un medio de transporte desconocido, cuyo trayecto está, en mayor o menor medida, cubierto por el tranvía. El viajero terminará conociendo las ventajas y las prestaciones del Metropolitano siempre y cuando lo use, y para ello ha de sentirse cómodo en él.
El viajero ingresa en las estaciones gracias a los accesos, o bocas, situadas en la calle, estos elementos han de ser por si solos suficientemente atractivos para el viajero, han de ser una invitación para penetrar el el subsuelo, a la vez que han de tener un diseño que de la seguridad inequívoca de que aquello conduce al Metropolitano, es más, el viajero ha de estar completamente convencido de que el acceso por el que está apunto de descender conduce al Metropolitano que desea en el caso de existir más de una compañía, como es el caso de Barcelona.
El Gran Metro tomó como ejemplo la experiencia del Metropolitano Alfonso XIII de Madrid, que a su vez se inspiró en el Metropolitain de París:
“Todas las estaciones están ornamentadas con azulejos blancos biselados y anuncios polícromos, enmarcados por molduras de cerámica de reflejos metálicos en sus bóvedas principales, túneles de intercomunicación, y vestíbulos, recubriéndose los piñones de las estaciones con azulejos polícromos de dibujos distintos, muy bellos por cierto, para cada estación y para cada piñón. Todas las estaciones, además de los rótulos que indican el nombre de las mismas, y que se repiten en uno y otro andenes, cada siete metros, están provistas de grandes rótulos indicando la dirección que sirve cada uno de los andenes, las entradas y salidas respectivas y, en la de «Aragón», la correspondencia con la línea II. En todas las estaciones, a excepción de la de Lesseps, cuyo despacho de billetes está sobre la superficie de la calle, los despachos se encuentran en los vestíbulos de las mismas.”
A esta descripción habría que añadirle el pavimento elegido para los andenes y vestíbulos, que resultó ser el mismo que en el Metropolitano madrileño, es decir, prefabricados de hormigón dibujando hexágonos de 5 centímetros de diámetro, formando cada baldosa grupos de 3 hexágonos para facilitar su instalación y alineación. La ornamentación básica de bóvedas y andenes queda resuelta de ésta forma: azulejo blanco biselado de 20 por 10 centímetros, molduras cerámicas de reflejos metálicos de 20 por 15 centímetros, y baldosa de hormigón de dibujo hexagonal de 5 centímetros de lado.
La decoración de los piñones será analizada, en la medida de lo posible, y sujeta a la documentación fotográfica existente, para cada una de las estaciones de forma individual.
La señalítica queda solucionada a base de carteles metálicos (80 por 60 centímetros) esmaltados en color granate con rotulación en blanco para el nombre de cada una de las estaciones, repetido cada 7 metros (siempre y cuando la configuración de vomitorios lo permita), y esmaltados en color blanco con rotulación en azul marino para el resto de carteles.
La iluminación de andenes queda establecida con bombillas de incandescencia alojadas en pantallas de “tulipa”, cuya luz, reflejada en cada uno de los azulejos de muros y bóvedas, dotan a las estaciones y corredores de la luz suficiente como para corregir el factor psicológico adverso de encontrarse bajo tierra.
En esta sección de la web se irán activando, y analizando sus pormenores, las estaciones, y su evolución, en el orden cronológico establecido por la categoría HISTORIA, de forma que a medida que avance ésta, irán apareciendo aquellas para mejor análisis de sus características, del entorno social y político, y de la economía de la propia compañía.