Sección transversal de los túneles de La Reforma en que se observa, a la izquierda, la intervención necesaria para su recalce, debiendo profundizar en el terreno 1 metro para la construcción de una contrabóveda de 30 centímetros de grosor, ganándole de esa forma 70 centímetros a la bóveda, suficientes para la extensión de el lecho de balasto y la instalación de toma aérea de corriente.

Fuente: AHCB.

 

Dos instantáneas de los farragosos trabajos durante el recalce de los túneles de La Reforma, en los que el achique de agua era actividad constante gracias a las bombas como la que se observa en la segunda fotografía.

Fuente: Archivo Brangulí.